
Una de las joyas arquitectónicas de España, la catedral de León, del siglo XIII, está siendo examinada con lupa. Un equipo de técnicos, subido a una grúa, revisa, uno a uno, sus 7.000 elementos exteriores (remates, adornos, salientes...). La caída, con menos de una semana de diferencia, de dos gárgolas medievales ha hecho saltar las alarmas y las denuncias. Por lo pronto, la veintena de gárgolas que quedan han sido sujetadas a la pared para evitar nuevas caídas. Las instituciones se han apresurado a prometer una inyección de 11,5 millones de euros para frenar el deterioro. EL PAÍS visitó, acompañado de un técnico, los rincones más inaccesibles del exterior del templo para comprobar su estado.
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