
"Julio González es un hombre alucinante. Dotado de una imaginación deslumbrante..., es pintor, escultor, arquitecto, cristalero, ceramista y ebanista; forja, martillea, repuja el hierro, el cobre, el oro, el bronce y la plata, esculpe la madera, dibuja trajes y bordados y, además, es tan discreto que, desde hace 20 años, desde que llegó de su Barcelona natal, se esconde. En París uno puede frecuentarlo durante 10 años sin saber nada de sus obras. Si hoy expone es porque unos amigos obstinados le han convencido". Es lo que escribía Alexandre Mercereau, en 1922, con motivo de la primera exposición individual de González. Ahora y hasta el 8 de octubre, el Centre Georges Pompidou propone una gran muestra -alrededor de 200 obras- de este hombre modesto, maestro de Picasso y modelo para David Smith o Eduardo Chillida Nacido en Barcelona en 1876, muerto en París en 1942, Julio González no conoció el éxito en vida, aunque algunos de los más grandes le consideraban como un formidable creador de formas.
Sem comentários:
Enviar um comentário