Sobre el suelo adoquinado de la iglesia des Célestins, del siglo XIV, y con ramas, flores secas y hierbas de la Provenza, el brasileño
Vik Muniz, 50 años, ha reproducido a Van Gogh, sólo visible desde lo alto de una pasarela. Normal: con chuches o piedras o chocolate, Muniz puede imitar un Picasso o un Cézanne.
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