La leyenda atribuye una maldición a Tutankamon, según la cual todo aquel que se atreviera a interrumpir el sueño eterno de ese faraón moriría por ello. Y, de hecho, hay quien calcula que hasta 30 personas que directamente o indirectamente estuvieron relacionadas con el descubrimiento y la apertura en 1920 de la tumba de Tutankamon habrían perdido la vida prematuramente. Ahora, es al puente de Santiago Calatrava en Venecia al que se le imputa un efecto maléfico: todas las empresas que participaron en su construcción o han quebrado o están a punto de hacerlo.
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