Orgullo por la Calle de Alcalá.Julián JaénLa señora Rosa era una gallega que vivía en el tercero. Subía despacio
las escaleras, hermosa ella. Mi casa, esquinazo de un rellano, era el
lugar perfecto para tomarse un respiro. "Qué guapa estás, niña. ¿Vas a
jugar? ¡Ay, qué falda más corta llevas! Déjame que vea si tiene
dobladillo."Mientras dejaba hueco para dejar pasar, cogía un cacho de
pan tan grande y crujiente como ella y de no sé dónde sacaba dos dedos
de tocino que te daba en la mano. "Ha ido mi Manuel este fin de semana y
me ha traído de todo. Merienda bien, niña. Y súbeme luego la falda que
le baje el bajo".
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