
Cada observador se comporta a su manera al contemplar una obra de arte; experimenta curiosidad, asombro y también indiferencia. El fotógrafo Thomas Struth (Geldern, Alemania, 1954) se ha fijado en todas estas situaciones y las ha retratado en museos de todo el mundo, desde el Louvre, en París, al Museo de Arte Oriental de Tokio, pasando por la Alte Pinakothek de Munich o el Art Institute de Chicago. El fruto de su trabajo se expone desde hoy en el Museo del Prado, y se podrá visitar hasta el 25 de marzo.
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