
La afluencia de público al millar de paradas de rosas y libros instaladas en Barcelona empezó, a primera hora de la mañana, con las compras de los más madrugadores y el ajetreo de algunos trabajadores curiosos que acudían a sus puestos de trabajo. No obstante, el mayor lleno en las calles y puntos de venta ambulantes se espera este año por la tarde, debido a que la jornada discurre en un día laborable, a diferencia de hace dos años, que recayó en domingo.
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