Lisboa Minha Cidade

Lisboa Minha Cidade
Mirador de Santa Luzia

segunda-feira, janeiro 04, 2010

La Vanguardia analiza el arte de la primera década del siglo XXI



Las corrientes artísticas no surgen ni se entierran cada decenio. Los primeros años del siglo, tras el fin de las utopías, han puesto en cuestión incluso "lo nuevo" (Bajo sospecha, de Boris Groys, fue uno de los libros más leídos), sustituido por los conceptos de novedad reciclado de la moda y de lo más, lo más espectacular, lo más grande, lo más escandaloso, lo más exótico... los autos de Caio Guo-Quian estampados en el techo del Guggenheim; los globos de Koons en Versalles; los bloques de Richard Serra en el Grand Palais; las cascadas (Nueva York) o el sol rojo (Londres) de Eliasson... o la descomunal grieta de la colombiana Doris Salcedo que desgarraba el suelo de la Tate, el nuevo modelo de museo que atrae a "más turistas". Si un plato de Ferran Adrià o el vestido de un modisto son consagrados como arte de referencia, es fácil entronizar al artista "más caro". A los grandes especuladores acostumbrados a manejar las cotizaciones de la bolsa internacional les resulta un juego de niños jugar con la obra de artistas-empresarios (Koons, Hirst, Murakami), inflando el mercado a costa del coleccionista de siempre. Del boom al crac: desde enero del 2008, las cotizaciones han bajado un 38% y muchos de ellos han desaparecido... hasta que la crisis se desvanezca.

Sem comentários: