
La imperiosa necesidad de conocer lo que tenemos entre las piernas. Getty Images Getty Images)
Desde que un niño nace, damos por hecho que se va a tocar el pene. ¿Cómo
si no aprenden a orinar todos los varones de este planeta? Al niño se
le enseña a que se plante junto al váter, coja su miembro, apunte bien y
miccione. Las madres suplicamos para que no apunten al habitáculo de
plástico con la pastilla de ambientador desinfectante, pocas son las que
lo logran.
Sem comentários:
Enviar um comentário