Quizás Pablo Picasso no creía en la independencia de la obra del arte -la que dice que la producción no tiene nada que ver con la vida del artista que la genera-. Los estudiosos de Picasso (John Richardson, Hans Jaffé, Roland Penrose, Pierre Daix y Patrick O'Brien, por citar algunos aunque no están todos los que son ni son todos los que están), en cambio, coinciden en que la vida personal del pintor malagueño influía substancialmente en su trabajo; en los lienzos, dibujos, esculturas o cerámicas.
Los biógrafos coinciden también en que cuando cambiaba de mujer, casa y perro, mudaba también el estilo artístico. En su madurez las parejas le duraban unos diez años; en el ocaso de su vida, la última, Jacqueline Roque, con quien se casó en 1961, la mantuvo hasta su muerte en 1973. En una de estas fases de mutación de medio doméstico y artístico pintó la serie de quince imágenes, 'Mujeres de Alger', de 1954 a 1955, inspirada en el cuadro del mismo título de Eugene Delacroix, del siglo XIX, y de 'Bacchanal', de Nicholas Poussin (1594-1665). Subtituló las obras como versión 'A', 'B', etc. La versión 'O' se considera la culminación del experimento en una etapa de ciclos y variaciones artísticas de Picasso.
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