Si alguien es capaz de unir sexo y religión magistralmente, ese es Milo Manara. Milo ManaraDe lo mejor que me ha pasado en la vida fue el día que un vecino se
presentó para comunicarme que él y toda su familia me retiraban el
saludo "por sus profundas convicciones religiosas". Al parecer, me había
escuchado en el descansillo criticar su antipatía y no estaba dispuesto
a aguantarme ni una más. Estaba harto de mis conversaciones "cargadas
de expresiones soeces", de mis salidas nocturnas sin hombre que me
acompañara "regresando a altas horas de la madrugada", escandalizado de
mis amistades "incluido un marica" y por supuesto indignado por los
gemidos salvajes que había escuchado P-E-R-F-E-C-T-A-M-E-N-T-E una noche
cualquiera.
Sem comentários:
Enviar um comentário