
Arco 2017. The red Base, Alexsander Calder. Claudio Alvarez
Desde que Juana de Aizpuru se inventó Arco, allá por 1982,
la feria ha ido, poco a poco, cambiando el papel que las circunstancias
políticas y culturales le habían otorgado. Era entonces, y lo fue
durante mucho tiempo, casi la única opción de contemplar el arte contemporáneo
que se hacía tanto dentro como fuera de España. Jugaba el papel que en
otras partes tenían las bienales de arte, una sección de las propuestas
más rompedoras del arte contemporáneo a las que la prensa dedicaba
espacios ahora inimaginables.
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